martes, 25 de octubre de 2011

Los mayas no predijeron el fin del mundo para 2012

En el diario El Mundo se acaban de enterar, por lo que se ve, de que hay una serie de profecías y de augures para los que en 2012 puede acabarse el mundo; no el periódico, sino el que hay que tomarse en serio. Y han dado tanta importancia a la emisión de un documental sobre el asunto por Canal de Historia que hace un par de horas el tema estaba en la portada de su versión digital justo encima de la huelga de hambre de Evo Morales para intentar perpetuarse en el poder, cuando ni siquiera se trata de un estreno televisivo. Pero vayamos al grano. El mundo, el que importa, no se va a acabar dentro de tres años por ninguna profecía, ni maya, ni de Nostradamus, ni de la vidente cutre de la tele local de turno. Los mayas no fueron capaces de predecir ni su declive como civilización, así que ¿cómo iban a ver el fin del mundo? Entonces, ¿a qué viene tanto revuelo? A que el ciclo largo del calendario maya, que dura 1.872.000 días -5.125 de nuestros años- y empezó el 11 de agosto de 3114 antes de Cristo, acabará y volverá a ponerse a cero el 21 de diciembre de 2012. Eso no significaba para los mayas el final del mundo, sino que se terminaba un ciclo y había que volver a empezar, una especie de Nochevieja a la que sigue su correspondiente día de Año Nuevo. 2012, no obstante, se ha convertido en un año fetiche para todo tipo de sacacuartos, que luego, cuando no pase nada, dirán que en realidad hablaban del cambio de una era, sin precisar nunca a qué narices se refieren con lo de era, como hizo Paco Rabanne cuando la estación espacial rusa Mir no cayó sobre París el 11 de agosto de 1999 se desató el fin del mundo en coincidencia con el último eclipse total de Sol del segundo milenio, tal como él había predicho. Respecto a Nostradamus, le atribuyen tantas predicciones y ha fallado tantas veces que tiene menos credibilidad como adivino que Octavio Aceves, que ya es decir.

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